Plaza de los Arcángeles

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Hay días en que lo único que quieres es algo de paz, y sentirse en el Paraiso. Afortunadamente, en la Ciudad de México puedes encontrar un lugar en donde puedes vivir una experiencia literalmente divina.

La Plaza de los Arcángeles era parte del Convento de San Jacinto, pero cuando parte del mismo pasó a ser propiedad de la Ciudad, se decidió utilizarlo como parque. Originalmente, fue llamada la Plaza del Orgullo Cívico, pero dado que se conservaron las cuatro bancas de piedra, cada una dedicada a un arcángel, la gente la comenzó a nombrar como Plaza de los Arcángeles, y el nombre fue el que se le quedó.

Lo que realmente hace notable a este espacio, es su relativo aislamiento, pues el ruido de la Ciudad se ve notablemente apagado a pesar de su posición. Además, los jardines están primorosamente cuidados, y conserva aún mucho de su espíritu monacal, que quieran que no, inspira tranquilidad. No vas a encontrar juegos, aparatos de gimnasia, sino sólo una cosa: Paz, que es lo que muchos en esta ciudad andan buscando.